Afrodita, llamada Venus de Milo, fue encontrada en la isla de Melos en 1820. Pocas estatuas en el mundo tienen una fama comparable a la Venus de Milo; el contraste estudiado entre el ropaje ondulado y la desnudez lisa del torso, el movimiento en espiral de todo el cuerpo que da movimiento a la estatua; su naturalismo sobrio y poderoso, su rostro sereno; todo ello junto a sus formas pletóricas y equilibradas, han hecho de ella el símbolo del ideal clásico y de la feminidad armoniosa. Esta obra fue realizada en el S. II a. C. por un artista que aún utilizando las técnicas de la época helenística, reunió en una misma figura la nobleza del arte griego de los tiempos de Fidias y la flexible armonía de Lisipo.
